Buscando basura encontré un tesoro
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Por Mario Medina
En el año 1999 tuve la oportunidad de ser contratado por una empresa como técnico de mantenimiento. Mi tarea principal consistía en limpiar capillas (iglesias). Recuerdo que mi trabajo era exigente, porque los edificios eran grandes, y aunque contaba con un compañero, las tareas diarias parecían eternas. El reto para nosotros no era solo realizar la limpieza, el mayor desafío era mantener limpia las instalaciones, pero para eso había que concientizar a los feligreses para que ayudaran en el cuidado de las instalaciones.
En medio de este trajinar diario, un día se me ocurre limpiar un cuarto que estaba lleno de cajas de libros y de mucha basura. Revisando las cajas me encontré unos libros de vieja data. Uno de ellos me cambio la percepción que yo tenía del Liderazgo. Era un libro pequeño de tapa dura, de color rojo. El libro fue publicado en la década de los cincuenta del siglo pasado, se titulaba «Eisenhower, Stalin: dos símbolos de nuestro tiempo» de Nicolás González Ruiz. La lectura de ese libro fue para mí un deleite y además cambió mi perspectiva del liderazgo, algo que atesoro hasta el día de hoy.
Pero esto no es todo. Otra experiencia que influyó en mi manera de ver el liderazgo la tuve en mi querida ciudad de Maracaibo (Venezuela), lugar que en lo que respecta al clima, es considerada una de las ciudades más calurosas, con temperaturas superiores a los 34 grados durante gran parte del año. Un sábado, como siempre, de intenso calor (calor combinado con una gran humedad), sentí sin exageración que el sol me quemaba, el torrente de sudor me ahogaba, por lo que pospuse todas mis actividades. https://es.weatherspark.com/y/25988/Clima-promedio-en-Maracaibo-Venezuela-durante-todo-el-a%C3%B1o.
Decidí no salir a la calle para evitar el terrible bronceado del sol. Para contrarrestar tanto calor opte por ver televisión. Para mí sorpresa encontré en la parrilla televisiva una película de uno de mis actores preferidos, el fallecido actor norteamericano Gregory Peck. La película se titulaba «Mac Arthur, el general rebelde» de 1977. El resultado de ver este filme fue la reafirmación de que el liderazgo es un complemento de otros liderazgos, que las promesas tienen un valor incalculable cuando se cumplen, y que el valor unido a la humildad es más portentoso que cualquier arma de guerra.
Hechos irrelevantes como limpiar un cuarto lleno de basura, o de mirar la televisión en tiempo de ocio, pueden convertirse en pequeños momentos de oro, cuando vemos que detrás de todo siempre se puede encontrar una enseñanza edificante, una lección de vida, como en este caso, de un libro viejo y arrugado, o de una película vieja y pasada de moda. Soy de la opinión que una situación ordinaria puede transformarse en una experiencia significativa. De este modo, me convertí en amigo de los generales Dwight D. Eisenhower y Douglas Mac Arthur.
Extracto del libro «La comunicación: El deseo más intenso.» (2019) de Mario Medina