El comienzo de la estabilidad en Medio Oriente

Las claves detrás del tratado de Abraham firmado este martes en la Casa Blanca.

Reuters/Tom Brenner

Por  Leah Soibel    autor


No es la paz con los palestinos ni entre Israel e Irán, pero parece ser el camino hacia un Oriente Medio más estable y próspero y sin duda supone un cambio dramático en la dinámica de poder en la región.

Israel mantenía relaciones plenas con Egipto, desde 1979, y con Jordania, desde 1994, y en apenas un mes ha cerrado el pacto con Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Bahrein.

Lo relevante de este crucial movimiento diplomático, que se viene gestando desde hace tiempo y que acaba de rubricarse, es que no es solo conveniente para Israel, sino que sus contrapartes lo desean de igual manera.

Por su parte, el ministro emiratí de Exteriores, Anuar Gargash, señaló cuando se hizo público el acuerdo que el objetivo del entendimiento diplomático con Israel es “reforzar la estabilidad de la región e impulsar el proceso de paz entre israelíes y palestinos”.

El nombre del acuerdo, en referencia al patriarca de las tres religiones monoteístas, señala la ambición del proyecto, que parece que seguirá sumando países árabes y musulmanes a esta nueva alianza regional.

Por ahora Arabia Saudí ha dado su beneplácito al acuerdo de manera tácita al permitir que los vuelos comerciales que hagan la ruta de Israel a los Emiratos puedan sobrevolar territorio saudita.

Muy significativo es que la Liga Árabe no haya aprobado una resolución de condena a los EAU propuesta por los palestinos la semana pasada, así como lo es la postura del poderoso Consejo de Cooperación del Golfo (GCC, por sus siglas en inglés) y de su secretario general, Nayef al-Hajraf, quien exigió a los líderes palestinos una disculpa por sus duras críticas contra los EAU por su normalización de lazos con Israel.

En resumidas cuentas, el acuerdo de paz y normalización que representa paz y prosperidad para la región es una mala noticia para el régimen de Teherán que aboga incansable por la eliminación del “Estado sionista”.

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