Estados Unidos se prepara ante la posibilidad de que Donald Trump se declare ganador antes de que termine el conteo de votos

 REUTERS/Carlos Barria


Desde Washington DC – En un lunes frío y luminoso tras un fin de semana gris y lluvioso, dos preocupaciones corren en paralelo en Washington DC: la posibilidad de que el presidente Donald Trump declare su victoria en las elecciones en la misma noche del martes, sin esperar al recuento del enorme caudal de voto por correo, y potenciales disturbios, para los que residentes y comerciantes se vienen preparando desde hace días.

“Sabemos que hay gente que querrá crear caos y confusión”, dijo la alcaldesa de Washington, Muriel Bowser. El ruido de taladros y sierras se hizo habitual en la ciudad en las últimas horas. Una creciente cantidad de comercios de la capital estadounidense que cubrieron sus puertas y ventanas con sólidos paneles de madera para evitar daños y robos.

Mientras la capital del país y otras ciudades se preparan para este posible escenario, Trump y Joe Biden, su rival demócrata en la lucha por la Casa Blanca, agotan hasta el último minuto visitando Estados clave para asegurarse el triunfo.

El presidente visitará a lo largo del lunes cuatro Estados en los que las encuestas no dan un ganador claro: Carolina del Norte, Pensilvania, Wisconsin y Michigan.

Biden, por su parte, hará una visita imprevista. “Está demasiado parejo como para no intentarlo”, dijo el demócrata al decidir a última hora que visitaría Cleveland, en Ohio, un Estado con un significado especial para la política estadounidense: ningún republicano llegó a la Casa Blanca sin ganar allí, y el último demócrata en ser presidente habiendo perdido en Ohio es John Kennedy en 1960. Durante el fin de semana, una encuesta mostró a Trump con una leve ventaja en ese Estado del otrora pujante e industrial Medio Oeste estadounidense.

Pensilvania es el otro gran Estado, junto con Florida, en el que se insistió en las últimas horas en medio de una movilización popular que no se vio en décadas en un país en el que el voto no es obligatorio. Hasta la noche del domingo, más de 95 millones de estadounidenses habían emitido su voto en forma adelantada, ya fuera por correo o en los locales de los Estados que habilitan ese voto días antes de la fecha oficial de la elección del 3 de noviembre.

En 2016 la cantidad total de votantes fue de 150 millones, lo que da una idea de la dimensión del voto anticipado. Todos los sondeos y estudios de opinión señalan que ese voto anticipado es mayoritariamente demócrata, en tanto que el voto presencial del martes tiende a ser mayoritariamente republicano.

Ese enorme caudal de votos previos al día de la elección puede convertirse en el eje de una crisis institucional si se confirma lo que la web Axios anticipó en la noche del domingo y otros medios locales retomaron: que Trump, si los números le son favorables, se prepara para anunciar su triunfo en las elecciones en la misma noche del martes, sin esperar al recuento del voto anticipado.

El presidente esperará los resultados de la elección en la Casa Blanca, donde organizó una recepción para 400 personas. Biden lo hará en Wilmington, Delaware, el Estado en el que vive, a menos de dos horas en auto de Washington DC y a 20 minutos en avión.

“Trump ha venido preparando en detalle el escenario en las últimas semanas, un plan para salir al podio en la noche de las elecciones y declararse ganador”, escribió en Axios el periodista Jonathan Swan, muy buen conocedor de los entresijos de la Casa Blanca.

Para poner en marcha ese plan, Trump necesita “haber ganado o tener ventaja en Ohio, Florida, Carolina del Norte, Texas, Iowa, Arizona y Georgia”, añadió Swan.

Según Swan, el plan se completaría con Trump alegando que “los votos que se cuenten posteriormente al 3 de noviembre son evidencia de un fraude electoral”.

El presidente estadounidense señaló insistentemente en los últimos meses que no confía en el sistema de voto por correo, especialmente requerido este año en medio de la pandemia del coronavirus. Trump sostiene que es permeable al fraude, cosa que las autoridades electorales y los demócratas niegan.

En la noche del domingo, en una pausa en medio del frenético raid de actos de las últimas horas, Trump negó a periodistas que vaya a declararse ganador en forma prematura, pero enseguida añadió comentarios que relativizaron esa afirmación.

“Creo que es una cosa terrible que haya votos que pueden ser recibidos después de la elección. Creo que es una cosa terrible que los Estados puedan hacerlo por un período tan largo después de que la elección terminó (…). Creo que es terrible que no podamos conocer los resultados de una elección en la noche de la elección. Apenas la elección este terminada vamos a poner en marcha a nuestros abogados”.

El sistema electoral estadounidense es enormemente complejo, con reglas que varían mucho en los 50 Estados, la autoridad que regula las elecciones y recuenta los votos.

Cuando Trump dice que se siguen recibiendo votos después de las elecciones se refiere a votos por correo que tiene un sello con fecha no más allá del 3 de noviembre. Y ese voto anticipado genera situaciones diferentes según sea el Estado que se observe.

Así, en Florida, Estado clave en la elección, la ley permite que el voto por correo sea escrutado antes del día de la elección. Es diferente en Pensilvania, donde el voto por correo recién sería recontado el miércoles, una vez que se haya escrutado el voto presencial. Esas diferentes regulaciones pueden ofrecer entre el martes y el miércoles una visión distorsionada del resultado de las elecciones, en especial si el panorama general es de una carrera pareja entre Trump y Biden.

Confirmar el ganador en cada Estado es sumamente importante en el proceso electoral estadounidense, ya que los ciudadanos no eligen en forma directa a su presidente. La decisión de quién entrará en la Casa Blanca el 20 de enero de 2021 está en manos de los 538 miembros del Colegio Electoral. Para ganar, se necesita una mayoría de 270. Trump ganó hace cuatro años en el Colegio Electoral pese a haber obtenido tres millones de votos menos que Hillary Clinton. Con la excepción de los Estados de Maine y Nebraska, en los otros 48 el ganador de la elección en cada Estado se lleva todos los votos para el colegio que allí se reparten: 55 en California, 29 en Florida, 20 en Pensilvania. Los estados más chicos cuentan con solo tres votos.

John Stein, fiscal general de Carolina del Norte dijo este lunes a CNN que “el 97 por ciento de los votos estará contado en la noche del martes”.

Es la primera vez en la historia que los estadounidenses votan mayoritariamente antes del día de la elección. En 2016 solo el 23 por ciento de los votantes lo hizo anticipadamente.

Casi la mitad de los Estados van a aceptar votos que lleguen por correo días después del 3 de noviembre si el sello postal indica que fueron enviados hasta ese mismo día o antes. Y cerca de 30 Estados, según destacó el “Washington Post”, “permiten a los votantes corregir errores que de otra manera llevaría a que sus votos fueran anulados”. Hay Estados que permiten esa corrección días después de las elecciones, lo que contribuye a demorar el resultado final.

“Los resultados en la noche del martes pueden ser engañosos. Pueden pasar días, o incluso semanas, antes de que sepamos quién ganó Pensilvania. Si la elección es pareja, esto puede aplicarse a otros Estados, teniendo en cuenta el número de estadounidenses que votó por correo este año”, destacó Axios.

Kathy Boockvar, secretaria de Estado de Pensilvania, admitió el fin de semana en la NBC que el voto por correo multiplica por diez al de la elección de 2016. “Sí, el recuento va a llevarnos más tiempo”.

En previsión de esto, los medios estadounidenses serán especialmente precavidos este año. El plan es distinguir entre “voto anticipado” y “voto presencial” a la hora de informar sobre resultados parciales. Cada dato, cada información es materia especialmente inflamable. Si la elección semanas atrás mostraba a Biden con una sólida ventaja, la reducción de las distancias en el promedio de las encuestas y la potente campaña de Trump en los últimos días llevan a un martes de elecciones con la sensación instalada de que, otra vez, todo es posible.

 

Infobae 

 

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