No hay cincuenta hombres justos
La Tercera
Por Luis Larraín
Solo dieciocho diputados votaron contra el segundo retiro de fondos desde las AFP. Se cumplió así la sentencia bíblica, cuando Abraham rogaba a Dios que no destruyera la ciudad ante el pecado de Sodoma y Gomorra si hubiere tan solo cincuenta hombres justos. Y no los había.
¿Cómo es posible que una política pública que todos los expertos califican como deficiente y dañina sea aprobada por esa mayoría? La respuesta hay que buscarla, a mi juicio, en dos lados. El primero es indagar cuáles son los incentivos que el sistema político que tenemos entrega a los hombres e instituciones que participan en los asuntos públicos. El segundo es ya harina de otro costal y dice relación con la materialidad de la que están hechos los hombres y mujeres que tienen la responsabilidad de tomar estas decisiones.
El gobierno ha contribuido también a esta degradación. Desde que fue amenazado por la violencia cada vez agrega más elementos para agravar este cuadro. En lugar de ejercer un liderazgo en la derecha premiando a quienes son leales a su ideario, premia a quienes no mantienen sus posiciones. Luego da la razón a los adversarios. Y lo que es más grave, renuncia a sus fueros y atribuciones al no recurrir al Tribunal Constitucional cuando la institucionalidad es sobrepasada. Los resquicios de la oposición para burlar la Constitución han sido validados por un gobierno débil.
Así, los parlamentarios oficialistas están abandonados a su suerte y para peor, amenazados por temores alimenticios como dice un prestigiado columnista. Por eso no hubo cincuenta justos.