El peligro de llamarle amor al capricho

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Por Mario Medina 


Ahora me referiré a uno de los peligros que atenta contra el sano desarrollo de las relaciones de pareja. Lo llamaré el “capricho”. El diccionario lo define como el deseo impulsivo y vehemente de algo que se considera prescindible o arbitrario. Encapricharse se puede explicar como la renuencia de una persona a ver más allá de sus posibilidades.

Tengo una experiencia que describe muy bien el daño que hace el encapricharse. En una ocasión me aferré a una chica por dos años. En ese tiempo nuestra relación progresó muy poco. Con preocupación veía como todas las circunstancias me iban indicando que la relación no iba para ningún lado.

Pero me encapriche, temía fracasar. La duda me hizo tanto daño, que de pronto empecé a bajar de peso. Con mucho empeño objeté a mi conciencia por mucho tiempo, haciéndole perder a la joven tiempo y oportunidades con otros caballeros. Finalmente me decidí y con firmeza di un paso al costado.

 

Encapricharse se puede explicar como la renuencia de una persona a ver más allá de sus posibilidades.

 

En ese momento renací, volví a la vida, la presión que tanto me atormentaba se fue, y lo mejor es que entendí que tenía el privilegio, la oportunidad de buscar y elegir la mejor prospecto de entre mis muchas amigas.

No se encapriche con una opción. Se persevera con la persona que le hace sentir seguro y feliz. Si se equivocó haga conciencia y tome rápido una decisión que pueda enmendar el rumbo. Encapricharse no es amor verdadero. A diferencia del capricho, el amor no es un sentimiento impulsivo y vehemente.

El amor es inteligente, sabio, paciente y lleno de esperanza. Para evitar la molestia de encapricharse es preferible que siga la fórmula siguiente:

 

+ opciones = 1 opción buena – opciones = 1 opción mala

 

No caiga en el error de obsesionarse con una persona, no vale la pena. Usted va a saber que ama con certeza al momento que pueda discernir que le gusta una determinada persona “más que otras”. Como verá, el amor se manifiesta en la medida que usted pueda comparar ese sentimiento con el que siente por otras personas.

En esto no hay equivocación, y lo más hermoso es que ante sus ojos usted podrá ver la diferencia y sabrá, sin dudar en nada, que en su corazón hay amor verdadero.

El efecto contrario pasa cuando se cae en el capricho. Con una sola opción no hay oportunidad de comparar y medir los sentimientos. En este contexto, surge la duda para atormentar la mente del caprichoso, luego aparece la confusión para agravar aún más la situación. La visión se distorsiona.

Existen abundantes motivos por los que la gente se encapricha. En algunos casos estamos con otras personas porque las compadecemos, otras porque nos sentimos solos, también el orgullo, el despecho o el vano deseo de exhibir una conquista, y en otras ocasiones porque tenemos el complejo de Redentor. Ninguna de estas razones justifica el formalizar una relación. Como verán, el fundamento del capricho es el egoísmo. El pensar tanto en sí mismos a veces hace que le arruinemos la vida a otras personas.

En lo personal, muchas veces he caído en el plano de fungir como redentor de mujeres que en apariencia necesitaban ayuda (emocional). Me cuesta decirlo, lo experimenté una vez, y en esa ocasión jugué con fuego al creer que tenía la poción mágica para hacer cambiar a la chica. Nada más lejos de la verdad. Aposté a convertir lo incompatible en compatible, obviando el refrán popular que dice: “árbol que nace torcido jamás endereza”.

Con dureza entendí que las personas no van a cambiar si no quieren. El desenlace de estos casos, ha terminado por convertir a estos portentosos redentores, incluyéndome a mí mismo, en víctimas de su propia trampa (visión limitada).

Por más buenas intenciones que se tenga, por más que haga, ninguna persona que se adjudique la función de redentor, tiene el poder de cambiar a otros a su imagen y semejanza. Hay que ser realistas, la gente cambia de adentro hacia afuera, no de afuera hacia adentro. Estos procesos de cambio son arduos y largos.

 

 

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