Reducir el tamaño del Estado: menos y mejor

IEEP Ecuador

Por Gabriela Olivo 


Una manera de medir el tamaño del Estado es el porcentaje del producto interno bruto que representa el gasto público. En 2020, como consecuencia de los programas de ayuda Covid y de las demandas sociales del año 2019, el último informe trimestral elaborado por la Dipres señala que el gasto del gobierno central total llegará al 28,0% del PIB, representando casi un tercio del producto, convirtiéndose en el mayor registro en los últimos 30 años. Esta cifra implica un crecimiento de 11,4% real con respecto a la ejecución del año 2019 y un panorama donde se estima que para 2020, el déficit efectivo sea de 8,2% del PIB, la deuda bruta del gobierno central se ubique en 33,7% del PIB y la posición financiera neta alcance un -26,3% del PIB.

Lo cierto es que la economía chilena ha atravesado una de las mayores crisis económicas de su historia, con caídas del PIB cercanas al 14%, anualizado en el segundo trimestre del año pasado, y una pérdida 1,8 millones de empleos, que equivalen a lo generado en el mercado laboral en los últimos 10 años. Y si bien la crisis del Covid y la auto infligida crisis de 2019 dieron lugar a una política macroeconómica contracíclica, que persigue justamente atenuar las fluctuaciones del ciclo económico y el impacto negativo del mismo, es hora de pensar seriamente en el tamaño que ha adquirido el Estado en el país.

Dimensionemos la situación: en 2020, el gasto total del Estado de Chile alcanzará los 46,1 billones de pesos, mientras que en 2009 ese mismo gasto se elevaba a 26,3 billones de pesos. Es decir, el Estado aumentó su gasto un 75% en 11 años, con un crecimiento notable del gasto en educación y salud.

A mayor abundamiento, entre 2014 y 2020 (considerando siempre los datos a septiembre), el número de empleados del gobierno central creció 45%, dato que equivale a promedio anual compuesto de algo más del 6%.

Por ello, y si bien lo peor en términos de actividad ha quedado atrás y la caída del PIB proyectada para el año 2020 ha pasado de ser 6,5% a una contracción de 5,5%, mientras que los precios de las materias primas y las condiciones financieras han comenzado a recuperarse, debemos preocuparnos de la mejora en la eficiencia del gasto público. Y una forma de hacerlo sería, por ejemplo, buscando la eficiencia del gasto en la oferta programática, que conformada por 687 programas en 2019, un 25% de los mismos tenía una focalización inadecuada. Es claramente el momento de gastar menos y de mejor manera.

 

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