«Te equivocas si crees que tu pareja es la responsable de que disfrutes del sexo»

Silvia Sanz, psicóloga y sexóloga.

ABC de España

Por Raquel Alcolea  Raquel Alcolea


«Puede haber sexo sin amor, pero no amor sin sexo»… Para Silvia Sanz, psicóloga experta en sexología y terapia de pareja, la palabra «Sexamor», que da título a su último libro, es la combinación de palabras que, en su opinión reúne la esencia de las relaciones de pareja pues, mientras que a través del amor las personas se identifican y se sienten reconocidas, el sexo funciona como el «pegamento» entre ellos y también es aquello que permite diferenciarlas de otro tipo de relaciones afectivas.

A lo largo de sus más de 20 años de experiencia como psicóloga y terapeuta sexual, Sanz ha ayudado a cientos de parejas a resolver sus conflictos para que disfruten de un modo más pleno y equilibrado de cada fase de su relación amorosa y sexual. Desde la soltería y el deseo de tener pareja, hasta el mantenimiento de la relación, la convivencia o la rutina, pasando por dilemas como la infidelidad, la dependencia emocional, la pérdida de apetito sexual o incluso la anorgasmia y otras disfunciones sexuales… Su experiencia le ha servido para elaborar con «Sexamor» una especie de guía práctica o vademécum que permita comprender los diferentes estados que atraviesan las parejas y porte las claves para entender, superar y manejar las dificultades.

Podría decirse que muchas de las parejas que hayan pasado juntos el confinamiento y hayan logrado superarlo unidos ya tienen algo así como un título ganado. Pasar mucho tiempo juntos compartiendo momentos difíciles pasó factura a muchas personas. Se generaron muchos conflictos de pareja porque la situación era totalmente nueva y no contaban con otros estímulos para asimilarla: no se podía salir, ni descargar la tensión, ni se tenía la intimidad necesaria para comentar con otras personas lo que te estaba pasando. A unos les destrozó, a otros les fortaleció como pareja.

 

 

Y a la hora de hablar de sexo, ¿resulta en este contexto aún más difícil sorprender a la pareja?

Cuando la rutina aparece en una pareja lo hace de manera sinuosa, no de golpe. Poco a poco se va perdiendo el interés por aspectos que al principio eran atractivos como es el caso del sexo. Y a ello también ha contribuido ahora el hecho de no salir, pasar mucho tiempo juntos, no hacer planes con otras personas o incluso el estrés que genera esta situación, dando lugar a relaciones sexuales monótonas y rutinarias.

Cuando llevas tiempo con tu pareja y haces el amor siempre de la misma manera, en el mismo lugar o incluso a la misma hora puede convertirse en algo desmotivador, aunque el encuentro en sí haya sido maravilloso.

 

«El sexo no consiste en tocar teclas mágicas o puntos eróticos. El componente emocional es un potente afrodisíaco»
Silvia Sanz

¿Nos falta imaginación en el sexo?

El objetivo de estar en pareja debería ser enriquecerse mutuamente. Cuando se toma una actitud activa e inquieta en el sexo y se buscan nuevas fórmulas de conocerse a uno mismo y al otro para satisfacer la relación aumenta nuestro grado de comunicación y de intercambio. El sexo es una forma más de comunicarse. No necesitamos hacer grandes planes románticos ni tampoco viajes espectaculares para que un encuentro sexual sea satisfactorio. Lo que tenemos que hacer es aguzar el ingenio.

Solo con amor no se despierta el deseo sexual. Hay que cuidar la expresión de los sentimientos, decir lo que nos gusta y lo que no, dedicar tiempo a percibirnos a nosotros mismos y a nuestra pareja de un modo sexual, cuidarse y planificar actividades que nos puedan agradar a ambos (pueden ser dentro de casa), hablar de sexo, modificar el ambiente y cuidar el marco sexual, alternar los papeles a la hora de tomar la iniciativa, potenciar los preliminares, descubrir al otro de otras formas… En «Sexamor» es posible encontrar 36 ideas prácticas para enriquecer una relación sexual a través de juegos como «los desconocidos», «la visita al sex shop», la «cajita de los deseos»…

Pero lo más importante es asumir la responsabilidad de nuestro propio disfrute sexual. Te equivocas cuando piensas que tu pareja está obligada a hacerte disfrutar. Eso es nuestra responsabilidad.

Y tampoco debemos olvidarnos del sentimiento. El sexo no consiste en tocar teclas mágicas o puntos eróticos. El componente emocional es un potente afrodisíaco.

¿Qué quiere decir exactamente que tengamos la responsabilidad e nuestro propio disfrute sexual?

Piensa que el sexo está en tu mente y en tu poder de concentración. Si cuando tienes relaciones sexuales estás pensando en lo que tienes que comprar, en lo que te ha dicho una amiga o en el informe que no has entregado en el trabajo ya puede tu pareja hacer virguerías que no te vas a concentrar. Y si no te concentras, no disfrutas del sexo. Es algo así como cuando estás viendo una película, si no estás concentrado en verla y entenderla no vas a enterarte de nada. Con los sentidos con el sexo pasa lo mismo. Si quieres potenciar tus relaciones sexuales, es importante concentrarse tanto desde el punto de vista físico como desde el punto de vista emocional.

Portada del libro «Sexamor»

Portada del libro «Sexamor»

Y hablando de concentrarse, ¿puede uno concentrarse para «acelerar el orgasmo»? Este, por cierto, uno de los conceptos sobre sexo más buscados en Google

La clave para acelerar el orgasmo radica en la capacidad para concentrarse y también en el autoconocimiento. Uno tiene que conocerse a sí mismo para centrarse en lo que está sintiendo y descubrir sus zonas erógenas al tiempo que juega intentando encontrar las de su pareja.

Tenemos muchas zonas erógenas, no solo el Punto G. Hay un punto U, un punto P, un punto A, un punto E, un punto F… Hay un montón de letras del abecedario que pueden ayudar a potenciar el éxtasis y que son aún desconocidas para muchas personas. Y además también existen técnicas para retrasar el momento del clímax o fortalecer el músculo pubocoxígeo (el que se contrae durante un orgasmo). Pero muchas veces lo que pasa es que si una persona está tan concentrada en llegar al clímax se pierde el camino, el proceso. Hay que disfrutar de todo el encuentro sexual porque todo él puede ser muy placentero. Aquí también puede ayudar el capítulo que dedico al slox sex y los pasos para concentrarse en todo lo que estamos sintiendo (mirada, respiración, roce…).

¿Cuáles serían los errores más frecuentes que nos puede llevar a no disfrutar del sexo?

Partiendo de la base de que cada persona es un mundo un error puede ser creer que si algo me funcionó con una ex pareja me puede funcionar con la nueva. Pero también suele ser frecuente que a la pareja lo guste lo mismo que nos gusta a nosotros. Muchos de estos errores se producen por no atreverse a hablar sobre lo que nos gusta hacer y lo que nos gusta que nos hagan. Y estas conversaciones son fundamentales para alcanzar una vida sexual plena y satisfactoria.

 

 

 

Otro error es preocuparse por cómo nos ven o cómo nos perciben. Si estamos pensando cosas como «se esta fijando en el lunar que tengo en tal sitio», «tenía que haber hecho esto» o «no me estoy moviendo como creo que debería» perdemos la concentración y con ello nos perdemos el disfrute.

Esperar a que el otro tome la iniciativa, omitir los preliminares (aunque el sexo impulsivo pueda estar bien en determinado momento), creer que solo existe una zona erógena, apretar con fuerza algunas zonas demasiado sensibles, fingir los orgasmos o incluso excedernos en la sinceridad comparando el acto con el que teníamos con otras parejas son otros errores que dificultan el disfrute.

La clave es entender que somos responsables de nuestro propio placer y hablar de lo que te gusta y de lo que no es la única manera de mantener una relación sana y satisfactoria.

¿Y si se nos quitan las ganas?

La crisis sexual es un tema frecuente en la consulta. Suele estar provocada por problemas de comunicación o por rutina sexual. Algunos dicen que aman a sus parejas y que incluso sus parejas les atraen sexualmente pero que no encuentran el momento de tener esa intimidad. Y eso quizá se deba a que sus encuentros son previsibles. De un modo inconsciente se van espaciando las relaciones y, aunque sean agradables cuando se producen, son poco estimulantes. Eso lleva al desinterés, la indiferencia, la falta de estímulos y la falta de sintonía. Y todo eso hace que se prioricen otras actividades y se deje el sexo aparcado.

Otras parejas en cambio mantienen una actividad sexual frecuente a pesar de llevar mucho tiempo juntos. Disfrutan, sienten deseo y disfrutan. Pero también aseguran que se comprometen a mantener una actitud activa para enriquecer la relación. El sexo es otra forma de comunicación y hay que conquistar cada día a la pareja.

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