¿Cómo progresa un noviazgo?
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Por Mario Medina 
El progreso del noviazgo dependerá de que ambos novios pacten y tracen una meta matrimonial. Con una meta en común bien definida la pareja hará todo lo posible por materializar cada uno de sus objetivos. El esfuerzo conjunto hará que la relación prospere. Por consiguiente, la prosperidad se convierte en felicidad.
Los términos metas – progreso -tiempo son indicadores claves del crecimiento de una relación porque lo uno depende de lo otro.
He visto en cientos de parejas que lo más satisfactorio para ellos ha sido ver y sentir el progreso de la relación. En este punto preciso se pueden corroborar dos cosas: que cuando una relación amorosa es buena, esa relación da buenos frutos.
Se puede apelar a la figura de un árbol para contrastar esta verdad. Hay árboles que por razones climatológicas se pueden secar. Obviamente no llegan a producir buenos frutos. Así, hay cientos de parejas comprometidos en relaciones infructuosas que no dan resultado. Afortunadamente hay parejas que sí producen buenos frutos, porque son árboles que se alimentan del amor verdadero. A lo largo del tiempo estas plantas son alimentadas con ternura (el amor crece – hay progreso) y se les cuida con afán de las inclemencias del tiempo (se cumplen metas).
En la medida que la relación progresa todas las cosas se van organizando hasta hacer realidad la meta (existe un tiempo determinado para cumplir la meta). Nada es improvisado.
Una pareja que se ama y son novios, pero no tienen una meta matrimonial, se están haciendo un flaco favor a sí mismos. En esas condiciones el progreso será muy limitado. Por experiencia propia sé que están arando en el mar, porque no tienen un norte, un puerto seguro al cual llegar.
Cabe preguntarse ¿de qué sirve el noviazgo si no hay una meta matrimonial? La respuesta puede que no sea muy popular, de hecho, a las personas no les simpatiza mucho la verdad, porque la verdad duele. En tal razón, la he transformado en una máxima para evitar que la sientan como un puñal: Noviazgo sin objetivo y metas equivale a perder el tiempo.
Cuando no hay metas, la costumbre y la monotonía, que son los asesinos de las relaciones de parejas, empiezan a trabajar para enfriar y fracturar el amor.
