Agorafobia

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La agorafobia es un trastorno de ansiedad ante los espacios abiertos. La palabra proviene de la combinación de dos palabras griegas: ágora, que significa asamblea, plaza pública o mercado, y phobia, que es temor. En general implica miedo y ansiedad intensos de estar en lugares de donde es difícil escapar o donde no se podría disponer de ayuda y puede involucrar situaciones con multitudes, en puentes o en las que se está solo en espacios exteriores.

De causas desconocidas, a veces va ligado a ataques de pánico sufridos que momentos puntuales que conlleva empezar a tener miedo a que esos ataques se vuelvan a producir, lo que vuelve a alimentar el miedo convirtiéndose en un círculo vicioso. También la genética, el temperamento, el estrés ambiental y las experiencias previas pueden influir en que se manifieste. También puede estar asociada con la depresión, el abuso de drogas o alcohol y a otros trastornos de salud mental como ansiedad o trastornos de la personalidad.

Las personas con agorafobia tienen dificultad para sentirse seguras en los lugares públicos, especialmente donde se reúnen multitudes y puede que necesiten compañía de confianza para atreverse a estar en lugares públicos con el objeto de sentirse más seguros. El miedo puede ser tan abrumador que provoque la incapacidad de salir de casa.

En general, el tratamiento combina psicoterapia y medicamentos y requiere de un seguimiento médico estrecho. Además, suele implicar la confrontación de esos miedos, por lo que resulta un desafío para los afectados.

Muchas de las personas tienen, además de agorafobia, trastornos de pánico en los que se sufren ataques repentinos de temor extremo, que alcanza un punto máximo en apenas unos minutos y tiene una respuesta física del organismo muy intensa en los que se siente una total pérdida de control. A veces, incluso se puede tener la sensación de un ataque cardíaco o de que se está muriendo.

Aunque puede darse durante la niñez, lo habitual es que comience al final de la adolescencia y el inicio de la edad adulta, normalmente antes de los 35 años y tiene una predominancia ligeramente mayor entre las mujeres que entre los hombres.

Consecuencias

  • El miedo o la ansiedad casi siempre derivan de la exposición a la situación
  • Son desproporcionados con respecto al peligro real de la situación
  • Se evitan situaciones
  • Necesidad de una persona que de compañía
  • Angustia insoportable
  • Problemas con las situaciones sociales, el trabajo u otras áreas de la vida a causa del temor, la ansiedad o la evasión
  • En general, la evasión y la fobia perduran seis meses o más

 

ABC Bienestar

 

 

 

 

 

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