La verdad sobre tomar ibuprofeno o paracetamol para combatir la resaca

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Muchos recurren a los analgésicos para paliar los efectos de las resacas, sin darse cuenta que podrían estar causando más daño a su organismo

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Por Judith del Río  La verdad sobre tomar ibuprofeno o paracetamol para combatir la resaca


Resacas. Las enemigas mortales de los que salen de fiesta y deciden tomar la fatal decisión de tomar más alcohol de lo que su cuerpo es capaz de resistir. Como todo exceso, se paga; y la inmensa mayoría podrá compartir alguna que otra anécdota de lo que sintió al día siguiente de una ingesta descontrolada en una noche de fiesta.

La respuesta hacia el alcohol varía mucho de persona a persona, ya que la tolerancia al mismo es diferente, pero también intervienen factores ambientales y temporales, que afectan a nuestro cuerpo y determinan cómo nos sentiremos al día siguiente. Para todos, algo común: una sensación de dolor, indisposición y, en la mayor parte de los casos, un enorme arrepentimiento.

La resaca en el organismo
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Malestar, intensos dolores de cabeza, náuseas, mareos… Las sensaciones de la resaca varían según la tolerancia al consumo de alcohol de cada uno.
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La resaca, tal y como indica su nombre, es un estado de deshidratación, una sensación de malestar que padece alguien que ha bebido alcohol en exceso, y que se caracteriza por intensos dolores de cabeza, cansancio, náuseas, mareos y una gran sed. Esta deshidratación viene provocada por el consumo de alcohol etílico, que inhibe la producción de la hormona antidiurética que manda la orden a nuestros riñones de que conserven agua y que controlen nuestra orina, aumentando la producción con el descenso de los niveles de esta hormona.

Entre otras cosas, el consumo excesivo de alcohol puede provocar una caída de los niveles de azúcar en sangre, lo que desata síntomas tan desagradables como temblores, mareos o una alteración de nuestro estado de ánimo; también que nuestros vasos sanguíneos sufran un proceso de dilatación tal que provoque que suframos intensos dolores de cabeza.

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El alcohol afecta a nuestro organismo cuando se consume en exceso.

Por si fuese poco, el alcohol afecta gravemente a nuestro sistema digestivo, irritando los tejidos del estómago, aumentando la producción de ácido gástrico y las secreciones tanto de páncreas como de nuestro hígado, que se encarga de la metabolización a través de unas enzimas denominadas alcohol deshidrogenasa (ADH), transformando el etanol en acetaldehído, una sustancia muy tóxica en concentraciones elevadas, que puede dañar sin remedio las células hepáticas y, a largo plazo, provocar un fallo irreversible en nuestro hígado en forma de hepatitis alcohólica o cirrosis.

¿Cómo combatir ‘el día después’?

El mejor consejo para evitar una resaca es no beber el día anterior. Sin embargo, hay quien consume alcohol por ocio y termina cayendo en la tentación tomando una copa de más. Muchos optarán por tomar algún tipo de medicamento tipo paracetamol o ibuprofeno antes o después, pero conviene saber que no solo no evitarán la resaca, sino que estarías añadiendo un daño extra a tu organismo.

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El malestar se puede combatir con analgésicos, pero no es lo más recomendable.

Partiendo de la base que el alcohol es una sustancia tóxica y no deberíamos de consumirlo, lo último que deberíamos hacer es añadir más químicos a nuestro cuerpo.

“Ninguno de los dos están indicados para la resaca”, explica José Lobo, farmacéutico, “La Agencia del medicamento no ha dicho nunca que tanto el ibuprofeno como el paracetamol sirvan para la resaca. Lo que pasa es que en la cultura popular se ha extendido este remedio contra la resaca y lo hemos aceptado, pero es más una creencia”. A la hora de elegir entre paracetamol e ibuprofeno, el experto recomienda la segunda opción.

“El paracetamol es un analgésico que alivia el dolor, se utiliza mucho, sin embargo para dolores fuertes es mejor el ibuprofeno”, cuenta, insistiendo en que sería un remedio más placebo que otra cosa: “Para la resaca no hay remedio, en cuanto a medicamentos se refiere. Si se hace una vez, no pasa nada, pero todos sabemos que el alcohol afecta al hígado, como también sucede con el paracetamol. La mayor contraindicación de este medicamento es que es hepática, por lo que solo se recomiendan 3-4 gramos al día, dosis según la persona”.

Es mejor tomar ibuprofeno porque, como es antiinflamatorio y analgésico, hace más efecto en el caso de que haya una ligera presión a nivel de vaso sanguíneo

José Lobo. Farmacéutico

“Es mejor tomar ibuprofeno porque, como es antiinflamatorio y analgésico, hace más efecto en el caso de que haya una ligera presión a nivel de vaso sanguíneo. El paracetamol es un analgésico que alivia el dolor, se utiliza mucho, sin embargo para dolores fuertes es mejor el ibuprofeno”, cuenta, insistiendo en que sería un remedio más placebo que otra cosa: “Para la resaca no hay remedio, en cuanto a medicamentos se refiere. Si se hace una vez, no pasa nada, pero todos sabemos que el alcohol afecta al hígado, como también sucede con el paracetamol. La mayor contraindicación de este medicamento es que es hepática, por lo que solo se recomiendan 3-4 gramos al día, dosis según la persona”.

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La acumulación de cicatrices es una de las características de la cirrosis
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Todo tiene que ver con el proceso de metabolización de ambas sustancias. La enzima que metaboliza el alcohol, la mencionada ADH, transforma el etanol en una molécula más fácil de eliminar. Ahora bien, bebiendo en exceso, la enzima se satura y requiere de una ‘ayudante’, la enzima CYP2E1, y en grandes cantidades. El paracetamol, por su lado, también se metaboliza en el hígado, a través de dos procesos en el que intervienen el ácido glucurónico y la mencionada enzima CYP2E1, que se transforma a su vez en un metabolito altamente reactivo, el NAPQ1, que puede producir la muerte de las células. Ambos componentes químicos, alcohol y paracetamol, provocarían niveles muy elevados de esta toxina, y si el organismo no consigue eliminarlo, podría ser fatal.

«El paracetamol entra dentro del grupo denominado AINES, los cuales tienen una capacidad analgésica entre baja e intermedia y con un techo analgésico, es decir, llega un momento que, aunque se aumente la dosis del medicamento no aumenta el alivio del dolor», coincide Ariane Soria García, dietista-nutricionista y fundadora del centro de nutrición Nutriendo Paso a Paso, en Bilbao, «Es por ello, que las personas que intentan paliar una “resaca” con este principio activo pueden no paliar del todo el dolor y aumentar la dosis, por lo que podrían poner en riesgo su salud».

El paracetamol puede parecer un fármaco seguro, no es un fármaco inocuo, porque a dosis elevadas puede producir toxicidad, sobre todo hepática

Ariane Soria García Dietista-nutricionista y fundadora del centro de nutrición ‘Nutriendo Paso a Paso’ 

Por tanto, lo mejor, en caso de tener que optar por algo, sería el ibuprofeno, que actuará como antiinflamatorio para nuestro organismo; y analgésico para el dolor y el malestar. Sin embargo, en este caso también hay que tomar precauciones, ya que el consumo excesivo de ibuprofeno podría provocar un desequilibrio e irritación en nuestro sistema digestivo.

Tomar alimentos antes y después

Conviene recordar que el alcohol es una de las drogas más consumidas en el mundo y, como tal, tiene consecuencias para quien lo consume. Es más, el consumo habitual de alcohol está relacionado con más de 200 patologías, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

«El etanol es un compuesto tóxico para nuestro organismo que nos aporta 7 kilocalorías por gramo, y no solo eso: a estas calorías solemos llamarlas “vacías” ya que no nos aportan ningún nutriente y nos suponen un aporte energético importante y de rápida absorción», explica Soria García, «Hoy en día es uno de los factores principales que llevan a mucha gente a padecer sobrepeso u obesidad».

Ariane Soria García es dietista-nutricionista y fundadora del centro de nutrición 'Nutriendo Paso a Paso', en Bilbao.
Ariane Soria García es dietista-nutricionista y fundadora del centro de nutrición ‘Nutriendo Paso a Paso’, en Bilbao.
 Cortesía de Ariane Soria García.

Para el momento anterior a beber, lo mejor es consumir hidratos de carbono, para poder combatir la hipoglucemia que causa el consumo de alcohol. Con alimentos ricos en carbohidratos conseguiremos acabar con las bajadas de glucosa, así que lo mejor es optar por consumir alimentos como el pan, el arroz, cereales o legumbres, muy saciantes; eso sí, evitando los refinados. Después de beber, toca recuperar el agua, así que lo mejor es optar por la fruta, rica además en fructosa (azúcar propio de la fruta), vitaminas y antioxidantes.

Entre otras recomendaciones, los expertos también apuestan por sustancias como el jengibre, bien añadido a nuestros platos o lo mejor para estos casos, como infusión, ya que mejora las náuseas y ayuda a acabar con esa sensación de mareo.

Macarrones con setas, guisantes y trigueros
Comer carbohidratos o infusiones de raíz de jengibre es recomendado.
 SOM_GASTRO

“Cada persona tiene su técnica para superar o evitar la resaca. Lo que sí es importante es cenar bien antes de salir para que el alcohol afecte menos al cuerpo”, asegura Lobo, “Funciona comer o tomar un poco de café (no descafeinado) antes de dormir. También se puede adelantar el desayuno a la madrugada u hora de llegada, para que el cuerpo tome alimento y así no nos despertemos con malestar”.

Eliminar por completo el consumo de alcohol de la dieta puede ser complicado para muchos en una cultura como la nuestra en la que el consumo de alcohol se asocia al ocio, pero si uno se propone cambiar de estilo de vida y eliminar el sobrepeso, no es imposible.

«Hoy en día vivimos en un entorno donde socializar implica comer y beber para muchos, y esto supone una dificultad a la hora de conseguir un cambio en el estilo de vida

Ariane Soria García. Dietista-nutricionista y fundadora del centro de nutrición ‘Nutriendo Paso a Paso’

«En las consultas, intentamos explicar las razones por las cuales no es un buen hábito y sobre todo trabajamos la frecuencia de consumo de cada persona», explica Soria García, «Se trata de aprender a darle más importancia a lo que rodea ese momento social que a la bebida que tenemos en la mano y optar por opciones más saludables».

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