No basta que la persona sea buena. Si no hay química no hay nada

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Por Mario Medina 


Hay millones de personas que se unen a otras por el simple hecho “de que él o ella es una persona buena”. Pero eso no es suficiente. Una persona puede ser la mejor de este mundo, pero si en el fondo no te gusta, si no hay química, jamás te va a gustar.

El amor se rige por leyes naturales, por lo que forzarlo se traduce en una tarea improductiva que solo conduce a la tristeza y la decepción. El amor es un sentimiento que nace de forma espontánea, de la misma manera como germina la planta de la semilla.

En el amor verdadero existe una proporcionalidad, hay una fuerte atracción física y espiritual. Sin ese equilibrio ninguna relación puede funcionar. Yo mismo intente amar, y casi me obligaba a querer a mujeres muy valiosas, pero en el fondo no me gustaban.

El club de los corazones solitarios del sargento pimienta

En mi época de solterón yo no era el único que andaba haciendo gestiones para escapar de la soledad. Éramos un conjunto de hombres y mujeres que irremediablemente el tiempo estaba quemando.

Mis locos amigos formalizaron el grupo, de hecho, lo bautizaron con un nombre que no quiero pronunciar en este trabajo por ser de naturaleza profana. Pero yo me permitiré llamarles, con el permiso de Los Beatles, el “Club de los Corazones Solitarios del Sargento Pimienta”. El tal Pimienta era nuestro líder, el solterón mayor, y no porque quisiera serlo, simplemente para el momento, de eso ya hace más 15 años,  mi amigo Pimienta tristemente recién salía del club de los casados.

Pimienta era un aventurero como pocos. Nos llevaba a todas partes, a los lugares más recónditos y exóticos del país. En su filosofía, el amor no podía existir sin emoción. Su afán era vernos casados con buenas personas. A toda costa, él no deseaba que pasáramos por sus duras experiencias. Hasta que un día llevó a más de una treintena de nosotros a un pueblecito paradisiaco de mi país.

Ese día encontré allá a más de 20 muchachas dispuestas a conocer a su futuro Romeo. Pimienta con una intuición brutal me presentó a una chica admirable. De inmediato, forjamos una amistad y pude ver que teníamos muchas cosas en común.

La chica en verdad era brillante, una chica integra y sin tachaduras. Pero algo salió mal. Por más que me atraía su intelecto, con su físico no pasaba lo mismo. No había química, ni chispazo ni nada por el estilo. Aun así, desarrollamos una amistad intelectual, pero no hubo suficiente atracción para emprender un cortejo formal.

De verdad que recuerdo que me decía a mí mismo:

– ¿Cómo puede ser que no te guste? Me decía con insistencia.

Hay que ser sincero consigo mismo. Si no hay feeling lo mejor es apartase y dejar las cosas sin herir a nadie. Con los años supe que mi amiga intelectual se casó con un buen hombre y ahora tienen una hermosa familia.

Hago referencia a esta experiencia para reforzar lo que dije anteriormente: No se obliguen a querer a una persona porque sea buena. El amor es espontáneo, no se puede forzar, y peor si las circunstancias indican que no hay un nexo físico-químico.

Cuando nazca el amor en su corazón limítese a amar a la persona digna de ese amor. Para concluir la historia del grupo, el “club de los corazones solitarios del sargento pimienta” se disolvió. La mayoría se casaron. Y a pimienta jamás le volví a ver.

 

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