Las cámaras de los teléfonos están cerca de dar otro gran salto adelante
Los sensores de imagen móviles pronto podrían igualar a los de las cámaras compactas más avanzadas.
La Vanguardia
Por RAMÓN PECO 
El grosor de los teléfonos móviles es la principal limitación que existe a día de hoy para que sus cámaras crezcan en calidad. En el pasado hemos visto teléfonos que parecían más una cámara compacta que permitía hacer llamadas. Fracasaron tan rotundamente que nadie ha vuelto a intentar explorar ese camino,
Desde hace unas semanas hay insistentes informaciones que apuntan a la llegada de un nuevo sensor de imagen de Sony para teléfonos móviles. Incluso se adelantado que podría denominarse IMX800. Su principal cualidad sería su gran tamaño: una pulgada.
Panasonic lanzó el teléfono DMC-CM1 con un sensor de una pulgada, pero era un híbrido entre cámara compacta y teléfono. Foto/
Incluso se dice que el Huawei P50 podría ser el primer teléfono en incorporar ese sensor. Si finalmente aparecen sensores de imagen para teléfonos con un tamaño de una pulgada estaríamos ante un hito tecnológico. Estos componentes permitirían dar un salto en la calidad de imagen que proporcionan las cámaras de los teléfonos.
Los sensores de imagen de una pulgada que actualmente equipan varias cámaras avanzadas de fabricantes como Sony o Panasonic, tienen una superficie lo suficientemente grande como para captar la luz sin que se produzca ruido incluso con sensibilidades ISO relativamente altas. Como 3.200 o 6.400 ISO.
La Sony RX100 V equipa un sensor de una pulgda.
Esto los hace especialmente interesantes para hacer fotos con poca luz. Es mejor tener una buena materia prima en el momento de captar la imagen, que tener que cocinar las imágenes mediante algoritmos de fotografía computacional. Por muy sofisticados que estos sean.
Además los sensores de una pulgada al combinarlos con objetivos luminosos, permite modificar con más flexibilidad el área que aparecen enfocada en la imagen. Pues son más versátiles de cara a alterar la profundidad de campo. Nuevamente sin tener que recurrir a algoritmos, como los que se usan en el modo retrato de muchos teléfonos.
El Nokia Lumia 1020, un adelantado a su tiempo.
Pero incorporar un sensor de este tamaño en un teléfono es todo un reto técnico. Sobre todo desde el punto de vista óptico. La causa es la distancia focal mínima que hay entre entre el objetivo y el sensor de imagen. Cuanto mayor sea el sensor de imagen, mayor debe ser el grosor de la cámara y por tanto del teléfono.
La industria tecnológica ha ido salvando ese problema poco a poco. Algo que ha logrado mejorando los diseños de los teléfonos y de los objetivos que incorporan. Un buen ejemplo es el mítico Lumia 1020, lanzado en 2013. Este incorporaba un sensor de imagen con un tamaño algo superior a la media pulgada y tenía 40 megapíxeles . Lo que obligó a la empresa a recurrir a un diseño con una enorme protuberancia en su parte trasera.
El Xiaomi Mi 10 Pro cuenta con un sensor de 1/1,33 pulgada y 108 megapíxeles.
Hoy existen teléfonos en el mercado con cámaras que equipan sensores de imagen aún mayores con un diseño mucho más refinado. Es el caso del Huawei P40 Pro, que tiene un diseño más estilizado pesar de contar su cámara principal con un sensor de mayores dimensiones que el Lumia 1020.
Samsung ha presentado también un sensor de imagen para teléfonos móviles cuyas dimensiones son casi idénticas a las de un sensor de una pulgada. Es solo un 10 por ciento más pequeño. El Samsung Isocell GN2 tiene una resolución de 50 megapíxeles.
Imagen de un sensor de imagen tomada a través de un microscopio en la que se pueden apreciar los diferentes píxeles, cuanto mayores sean estos con más precisión captan una imagen.
El tamaño de sus píxeles es bastante generoso: 1,4 micras. El mismo tamaño que el de la cámara principal del iPhone 12 Pro, de 12 megapíxeles. Mediante la tecnología de apilamiento de píxeles el nuevo sensor de Samsung puede lograr, reduciendo su resolución, píxeles de 2,8 micras. Una cifra superior a la de muchas cámaras avanzadas.
Ahora toca por ver si Sony finalmente presentará ese sensor para teléfonos de una pulgada y si algún fabricante logra equiparlo con un buen objetivo, luminoso y con estabilización. Tres cosas que resultan casi indispensables. Si eso se logra la última gran ventaja competitiva que tendrían las cámaras compactas avanzadas con sensores de una pulgada serían el alcance del zoom de sus objetivos.
La cámara Sony HX55 , tiene un sensor de menor tamaño que el de muchos teléfonos, pero cabe en la palma de la mano y equipa un poderoso zoom de 740mm.
No olvidemos que Sony ha logrado que su cámara RX100 VII con sensor de una pulgada tenga un objetivo de casi 10 aumentos. Esto si que es del todo imposible introducirlo en la cámara de un teléfono móvil. Pues los sensores de una pulgada si llegan a los teléfonos tendrán un distancia focal fija.
El zoom seguirá dependiendo en los teléfonos de sensores de imagen de tamaño diminuto, las leyes de la óptica se imponen, y de algoritmos que mejoren el denominado zoom digital. También hay que mencionar un aspecto que puede provocar sorpresas. Un sensor de este tipo obligará a cuidar más el proceso de enfoque, incluso a los fotógrafos menos experimentados.
