Marcelo Bielsa y la teoría del entrenador tirano

En Cancha

Por Pablo Ortega Pablo Ortega


«Los entrenadores no tenemos otra opción que imponer lo que pensamos, porque no se puede convencer proponiendo algo en lo que uno no cree». La frase fue pronunciada por Marcelo Bielsa el 25 de junio de 2018, durante su presentación como nuevo DT del Leeds. Los dichos llamaron la atención en la llegada a Inglaterra del ex DT de la Roja, pero en el fondo adelantaba que las cosas en la cancha serían a su modo y punto. No habría espacio para ninguna concesión en cuanto a sus formas tácticas características.

Hoy, lo acontecido en la segunda división inglesa ratifica aquel postulado esencial de Bielsa. Leeds fue un equipo que, en ningún momento, se alejó de los rasgos que definen el accionar de los planteles bajo la mano del argentino. Particularmente en la última temporada, cuando el nivel de juego superó con creces al del primer año del DT en Gran Bretaña.

Durante la campaña del retorno a la Premier League, los blancos se mantuvieron fieles al sistema de juego 1-4-3-3. Solo en momentos puntuales de algunos partidos, se estructuraron con un 1-3-4-3, pero la norma en el pitazo inicial fue la primera organización posicional indicada. Tal vez, lo nuevo en esto último pueda ser la fidelidad plena hacia un esquema táctico permanente de parte de Bielsa.

El recuerdo de su paso por acá está colmado de imágenes de la Roja, defendiendo con un trío de zagueros o pasando a línea de cuatro atrás, de acuerdo a la configuración del ataque rival.

En fase ofensiva, Leeds fue un equipo que mantuvo como ideal el Ataque Construido. De hecho, la temporada del ascenso dejó algunos goles memorables producto de una circulación interminable del balón. Pero no nos engañemos. Las variantes de Ataque irecto y Contraataque también le fueron muy últiles a Bielsa. No caben dudas de que el DT promueve el accionar a ras de piso y la hilación de secuencias de pases, pero también exalta la velocidad del juego, lo que es concordante con estas otras dos formas que contempla el proceso ofensivo.

El balonazo directo al centrodelantero Patrick Bamford para instalar rápidamemente el juego en ataque, tras la unión de los volantes y los defensas, fue también un sello del equipo. O cuando el fútbol vigoroso y frontal de los rivales ocasionaron el retroceso de las líneas, las salidas veloces con balón fueron otro rasgo distintivo, con los volantes Mateusz Klich y Pablo Hernández como lúcidos agilizadores en cada avance.

La fase defensiva funcionó en los parámetros que todos conocemos de Bielsa. El Pressing o Presión se alzó como la Concepción de Juego dominante en Leeds, de preferencia en el sector rival e incluso sobre el inicio del fútbol oponente en su última línea. Esto le permitió controlar mayoritariamente el balón, atacar de forma constante y que la trama del partido tuviese un desarrollo la mayor parte del tiempo en los márgenes del territorio rival.

Atacar por las puntas y Amplitud fueron los principios de juego ofensivos hegemónicos en el cuadro inglés. De ese proceder todos tenemos vastos recuerdos, a raíz de lo que la Roja realizaba recurrentemente en ataque con el DT. Que hayan aparecido por ahí algunos videos homologando un par de goles de Leeds con el que Fabián Orellana le anotó a Argentina en el Estadio Nacional no es ninguna casualidad.

La labor defensiva, en tanto, estuvo caracterizada por los principios de juego Marcación y Anticipación Defensiva. Los blancos se mostraron como un cuadro proactivo para recuperar el balón, con iniciativa y agresividad en los múltiples emparejamientos con los rivales que siempre dispone el entrenador argentino. Eso lo vimos mucho también en la Roja.

Al final, todo en la cancha fue al modo de Bielsa, porque lo dejó bien claro hace dos años: «Los entrenadores no tenemos otra opción que imponer lo que pensamos».

 

Este artículo fue publicado por AS Chile el día 23 de julio.

 

 

 

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