El arte culinario de la colonia
Todocolección
La cocina criolla estaba compuesta en los platos de diario por el hervido o puchero, las albóndigas, la chanfaina, el charquicán, los frijoles y el asado con ensalada.
Los viernes, pescado, extraordinario que constituía un verdadero rito del jueves para la compra, con aviso por medio de las campanas de la catedral de la venta pública, pues los mercaderes habían creado el hábito de ofrecerlo a la hora del repique.
A fines del siglo XVIII se vendía en Santiago la fruta. Los postres eran el bizcochuelo, el aljófar, la hojarasca, los merengues, entre otros.
Según Vicuña Mackenna, los huevos chimbos fueron invento chileno, pues una dama santiaguina tuvo la ocurrencia de enviar a Fernando VII un azafate con este postre, que el rey saboreó y agradeció retribuyendo al marido con un paquete de habanos.
Huevos chimbos chilenos Foto/ Típico chileno
Una tradición común con el Perú señala el hábito de tomar, entre el desayuno y el almuerzo, una copita de mistela o aguardiente, “y por las once letras de este último, llamaban esta distribución o parvedad las once.”
Gran Historia de Chile Ilustrado