¿Hasta qué punto son beneficiosos los suplementos nutricionales?

Un informe de la Fundación Mapfre y la Academia Española de Nutrición y Dietética refleja que siete de cada diez españoles los toma de forma habitual

Cortesía

Por Cristina Garrido


Siete de cada diez españoles toma de forma habitual suplementos nutricionales, a pesar de que «en muchos casos pueden ser ineficaces e incluso un riesgo para la salud» especialmente cuando se autoprescriben. Así de contundente se ha mostrado Giuseppe Russolillo, presidente de la Academia Española de Nutrición y Dietética, durante la presentación del informe ‘Uso de suplementos nutricionales en la población española’, que ha elaborado junto a la Fundación Mapfre. Somos el país que más complementos alimenticios consume solo por detrás de EE.UU. y Dinamarca.

Los suplementos más adquiridos en España, con mayor frecuencia por mujeres que por hombres, son los de vitaminas, minerales y omega 3. «Los consideran seguros y que pueden mejorar la salud, pero los usan sin una justificación suficiente, sin prescripción médica o de un nutricionista, y sin resultados beneficiosos o con riesgo para la salud en algunos casos», advierte Russolillo.

También es frecuente la toma de probióticos o complementos con extracto de plantas o fitoterapia, así como el consumo de barritas energéticas (más en hombres) y de preparados para reducir talla (más en mujeres).

El 50% de los que consumen este tipo de suplementos considera que ha obtenido los resultados esperados aunque de modo leve o transitorio. Los complementos y los productos a base de plantas son los que, por lo general, los encuestados perciben como más seguros (60%), un porcentaje que disminuye cuando se trata de productos para deportistas (53%) y productos para reducir peso (45%), entre otros.

Los efectos adversos encontrados con mayor frecuencia son los gastrointestinales y taquicardia, en su mayor parte con efecto leve o transitorio.

Para elaborar este informe se han realizado encuestas a 2.630 adultos sobre la frecuencia de uso y la percepción de efectos beneficiosos o adversos de este tipo de productos. Además, se ha llevado a cabo una revisión de todos los estudios publicados sobre seguridad, eficacia y efectos adversos de los complementos alimenticios, plantas y productos dietéticos especiales de mayor consumo.

En base a la evidencia científica consultada, el informe asegura que cuentan con efectividad probada: el ácido fólico para la prevención de defectos del tubo neural (espina bífida) en el embarazo, la cafeína, que produce una mejora del rendimiento deportivo; la vitamina D para mejorar el tratamiento de infecciones respiratorias en personas con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC); el uso de suplementos de calcio para prevenir la hipertensión, especialmente en hombres y menores de 35 años, y el hierro en estados carenciales, como por ejemplo en caso de anemia. Los productos sustitutos de comidas y cenas para la pérdida de peso en dietas muy bajas en calorías también son eficaces, aunque los expertos aconsejan utilizarlos siempre bajo control médico.

En cambio, considera de efectividad dudosa los probióticos, que «son eficaces en caso de rehidratación ante diarrea aguda o por consumo de antibióticos, pero hay pocas pruebas que indiquen que pueden ser eficientes frente a infecciones respiratorias, aumento de defensas o pérdida de peso»; los compuestos ricos en omega-3, ya que «en la mayoría de ellos no existen pruebas con calidad suficiente para sacar conclusiones definitivas, aunque se han observado efectos positivos a la hora de prevenir enfermedades cardiovasculares, tratar enfermedades gastrointestinales y mejorar la cognición, entre otros»; y los complejos de extractos de hierbas, en general, así como la glucosamina, el ginseng y el extracto de ajo, que son los productos más estudiados, mientras que las valoraciones relativas a la equinácea, los extractos de arándanos y la alcachofa, son menores y «no hay pruebas claras de efectividad para ninguno de esos suplementos».

El informe desaconseja absolutamente el consumo en exceso de vitaminas y minerales en forma de suplemento ya que puede ser perjudicial, por ejemplo con el calcio o el hierro, y tener consecuencias muy graves, como sería el caso de la vitamina A durante el embarazo, que puede derivar en malformaciones congénitas. Además, advierte de que se han registrado casos de toxicidad hepática aguda, e incluso ha habido fallecimientos por sobredosificación de algunos suplementos, como el sucedido en 2019 por consumo de ácido lipoico para la pérdida de peso.

El presidente de la Academia Española de Nutrición y Dietética recomienda a los ciudadanos consultar siempre con su médico o dietista-nutricionista antes de consumir ningún suplemento nutricional. «La administración sanitaria debería habilitar una ventanilla única para llamar por teléfono y hacer estas preguntas; y contar con un centro de análisis de la evidencia de este tipo de complementos en el Ministerio de Sanidad», opina.

En la misma línea, Óscar Picazo, experto en Nutrición del Área de Promoción de la Salud de Fundación Mapfre, ha advertido del riesgo de interacciones de algunos complementos alimenticios o suplementos nutricionales «que pueden afectar a la efectividad de ciertos fármacos».

Russolillo recuerda que es «más económico y efectivo» conseguir los aportes nutricionales necesarios a través de la alimentación. «La efectividad de los nutrientes va a ser mayor tomándolos en la matriz del alimento, que interactúa con otras sustancias potenciando ese principio activo, que en cápsula. Solo si necesitamos dosis muy altas recurrimos a los suplementos o complementos», concluye.

 

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