El espíritu de superación

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Por Mario Medina

En tiempos de pandemia se necesita sacar ánimos de donde no hay, combustible anímico de las lejanas profundidades de las entrañas. En la practica, uno se pregunta: ¿Qué ánimo se puede tener si no se tiene trabajo?, ¿ qué ánimo se puede tener cuando no hay forma ni manera de llevar el sustento al hogar?

En el caso de los emprendedores y de las PYMES, el cuestionamiento es más doloroso. Recientemente fui cliente de un negocio muy próspero, ubicado cerca de la plaza de Maipú. Ellos eran pequeños empresarios, con una idea de negocio muy clara y  con el aparataje necesario para materializar cada una de sus ideas. Optaron por tener un negocio de comida típica de otro país.

La aceptación y la crítica al principio fueron muy buenas, la calidad de las comidas era indudable y el servicio y el trato al cliente del mejor nivel. Sin embargo, a poco más de dos meses de actividad, el negocio se vino abajo. Las sombras de las protestas de octubre mermaron el flujo de clientes. Era más el tiempo que estaban cerrados del que permanecían abiertos.

Conocedor de las vicisitudes de estos pequeños empresarios, el arrendador del inmueble no tuvo ninguna consideración y se negó a negociar una pequeña reducción del monto del alquiler. Ellos aguantaron a más no poder y, se las arreglaron para mantener el local.

Inmediatamente les cayó la pandemia. Empezaron las cuarentenas y el emprendimiento finalmente quebró. El espíritu combativo que los hizo emprender se apagó. De esto se desprende una reflexión, ¿es fácil levantarse? Sin espíritu de superación no hay manera de resucitar el ánimo. El refrán popular es muy cierto, «no importa como se caiga, lo importante es levantarse».

El espíritu de superación no es más que actitud, buena actitud. La capacidad de levantarse cada vez que se tropieza, el deseo de estudiar y prepararse, la capacidad de soñar y de hacer realidad los sueños, el no hacer caso al que dirán, sino al yo puedo y quiero, es parte fundamental del espiritu de superación. No hay edad ni incapacidad física para el espíritu de superación, las limitaciones son mentales.

En el documental «Messi es un perro» Hernán Casciari describe perfectamente el espiritu de superación. El describe las aptitudes futbolísticas de Lionel Messi de esta manera:

 

Se lo ve como en trance, hipnotizado; solamente desea la pelota dentro del arco contrario, no le importa el deporte ni el resultado ni la legislación. Hay que mirarle bien los ojos para comprender esto: los pone estrábicos, como si le costara leer un subtitulo; enfoca el balón y no lo pierde de vista ni aunque lo apuñalen.

 

Casciari no solo describe los atributos de la Pulga, adicional, saca una conclusión punzante, que es un «perro»:

 

Descubrí esta tarde, mirando ese vídeo, que Messi es un perro. O un hombre perro. Esa es mi teoría, lamento que hayan llegado hasta acá con mejores expectativas. Messi es el primer perro que juega al fútbol.

 

Messi simbólicamente es un perro que sigue fielmente sus objetivos, independientemente de la adversidad del momento. Ese es el espíritu de superación que se necesita para mantenerse a flote en tiempos de pandemia. Recuerden, «no tenemos la adversidad para elegir las tribulaciones que vendrán, pero si tenemos la libertad para elegir la actitud que tendremos hacia ellas».  

 

 

 

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