Retiro del 10% de los fondos: una trampa

 

Por Paola Assael    Paola Assael


Una cosa es el uso de fondos, y otra es la fuente de fondos. No hay controversia en el uso de fondos, la gente necesita recursos para comer, y de alguna manera hay que proveerlos. Sí hay diferencias en la fuente de fondos.

La propuesta del gobierno son préstamos con cero tasa de interés, y plazos y condiciones favorables, llegando incluso a la condonación de la deuda si es que no se puede pagar en cuatro años.

La propuesta de los políticos hasta ahora triunfantes es que retirar hasta el 10% de los fondos de las AFP, habida cuenta de ciertos máximos y mínimos.

Si el cuento es hasta aquí, la propuesta de los políticos es una soberana tontera. Sacar los fondos de las AFP tiene dos costos, el primero es el interés real que aportan estos fondos, del orden del 5% anual, y el segundo es la pérdida de capital, porque hoy el valor de los fondos está deprimido, y lo estará aún más si hay un retiro masivo.

Es decir, las personas que retiran sus fondos pierden.

Pero el cuento no llega hasta aquí. No está claro quién repondrá el retiro de los fondos. El proyecto plantea la creación de un Fondo Colectivo Solidario de Pensiones, que se financiaría con aportes de los empleadores y del Fisco.

Y es en esta forma de financiar el retiro de fondos que está la trampa. Este no es un proyecto de retiro anticipado del 10%. Si fuera así, quien retira los fondos debiera reponerlos o acceder a una peor jubilación.
Habrán dos grupos de personas. Los que retiraron y no acceden al fondo solidario, se verán perjudicados. Los que retiran y sí acceden al fondo solidario, en su mayoría (depende de cuánto es lo que le reponga el Estado) se verán beneficiados. En estos casos no se trata de un retiro del fondo, sino que se trata de una donación.

Si eso es lo que se quiere, mejor plantearlo directamente así. Donar plata a los que están pasando hambre. Es más simple y más transparente. Y, de hecho, ya se hace.

Enredar el cuento buscando con formas de financiamiento como las que plantea el proyecto es nefasto. Disminuye la correlación entre la capitalización individual y la pensión, encarece la contratación de las personas que retiran disminuyendo su empleabilidad, perjudica a los que le creen a los políticos y no recibirán donaciones del Fisco, genera beneficiados y perjudicados que no obedecen a una política definida, y crea un enorme gasto fiscal.

Finalmente, abre la llave para instaurar dos sistemas, uno de capitalización individual y el otro de reparto, en un mix poco eficiente y poco transparente. Los políticos que lo apoyan no saben calcular un valor presente o quieren dinamitar el sistema de pensiones.

No hay problema con discutir el sistema de pensiones, pero hagámoslo de frente.

 

 

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